BAJO LA LLUVIA

¿Cuántas veces no estuvimos deseando algo por muchísimo tiempo? ¿Cuántas veces no añoramos que algo ocurriera? Cosas que escondíamos en lo mas profundo de nuestro ser, por miedo a ser criticados, por miedo a mostrarte tal cual eres, por el temor de mostrar tus verdaderos sentimientos, porque tu orgullo no te lo permitía… ¿Cuántas veces quisimos decir algo y no lo dijimos? ¿Cuántas veces quisimos hacer algo y no lo hicimos?

Y que pasaría si aparentemente ese momento que tanto hemos esperado, si eso que tanto añoramos al parecer esté a punto de llegar, si eso que no pudimos decir antes lo vamos a poder decir muy pronto… cuantas cosas se nos pasarían por la cabeza mientras esperamos ese instante preciso y perfectamente creado para que “eso”, ese “asunto pendiente” lo podamos concluir de una manera hermosa, heroica o romántica ¿tal vez?

Ella hubiese querido decir: Espera… la verdad es que no quiero que te vayas! 

Y el hubiese dicho sin duda alguna: Gracias por perdonarme, la verdad es que te amo y estoy arrepentido…

Y no se habría marchado ese día, y no se habría separado, y nada habría ocurrido. Supongo que lo más sencillo es nada más que dejarse llevar por la idea de que todo pasa por algo…

 

Abrí mi paraguas y salí a la calle. Tenía que encontrarme con él a esa hora, pero no quise usar el auto, simplemente porque quería caminar y disfrutar de la lluvia, cosa que me encanta. Camine unas cuantas cuadras, hasta que llegué a una pequeña placita que habíamos acordado como nuestro punto de encuentro. Me hubiese gustado poder sentarme, pero la idea de mojarme mas de lo que ya estaba en ese momento no me entusiasmó. Me puse bajo un árbol para que el agua no me golpeara con tanta fuerza. Esperé 5 minutos… levante mi brazo para ver la hora, aun faltaba un rato para que fuese la hora que acordamos. Paso un rato, y volví a ver mi reloj… ¡Era la hora! , en cualquier momento llegaría… pasaron unos minutos, yo, ya estaba muy ansiosa, miraba para todos lados esperando verlo llegar, acercarse a mí, abrazarme, que me dijera que me amaba, que me mirara con esos ojos hermosos que me derretían y que me dijera: A la mierda mi orgullo… tú eres más importante… Pensando y fantaseando con la reconciliación perfecta, miles de cosas se me vinieron a la cabeza, miles de ideas tanto hermosas como tristes. Primero pensé que todo saldría bien… que vendría y que nos arreglaríamos. Pensé también que quizás se arrepentiría, quizás no iba a poder perdonarme… y tampoco yo a él. Quizás ni siquiera iba a venir, tal vez lo pensó mejor y se arrepintió, quizás ya no me ama como antes… las cosas cambian, y eso todos lo sabemos… y ese es justamente mi temor.

Me lo imaginé al llegar, abrazarme y besarme apasionadamente, igual que en las películas… después me lo imaginé llegar enojado, que discutiéramos otra vez y que esta vez se termine para siempre. Estaba pensando tantas cosas, y ninguna terminaba con el final feliz que yo quería… De pronto, una voz me paralizó. Volví a sentir esas maripositas en la panza, un escalofrío me recorrió la espalda, sentí como se me ponía la piel de gallina, y mi corazón comenzó a latir frenéticamente.

-¿Emilia? – Su voz me paralizaba fuese como fuese, enojado, feliz, tierno, frívolo…

Giré la cabeza, y lo vi, parado a unos pocos metros de mí. Estaba usando unos jeans, con una camisa blanca, sobre ella, un suéter, un abrigo, y en la mano un paraguas.

-Hola…- Respondí tímidamente, con un hilito de voz, estaba a punto de llorar, era tal mi emoción al ver que había venido que solo quería abrazarlo con fuerza y llorar.

-¿Estás loca? ¡Te vas a enfermar, Emilia! – Al principio se me paró el corazón, porque pensé que se había molestado… pero lo que hizo después me dejó enmudecida. Se acercó a mí, al tiempo que se sacaba su abrigo, lo puso sobre mis hombros, y abrazándome de costado me cubrió de la lluvia con su paraguas. –Mira como estás… toda mojada, te va a hacer mal… vamos a tu casa, así te secas...

-Estoy bien Nicolás… no hace falta… -Dije con la misma timidez de antes, mientras agarraba el abrigo con mis manos para cubrirme un poco mas.

-Bueno… (Suspiró)… vamos… no se tu, pero yo no me quiero enfermar…- Me sonrió, había pasado casi un año desde que eso no ocurría.

-Yo estoy bien acá, si quieres te puedes ir…- A los pocos segundos me arrepentí de decir eso, pero ya no lo podía detener…

-No… (Me miró con un poco de tristeza)… si quieres nos quedamos acá… bajo la lluvia…

- Si… eso quiero…- lo miré con decisión tratando de juntar el valor suficiente. No me había percatado hasta ese momento de lo cerca que lo tenía, puse atención a esto y pude escuchar su respiración, estábamos los dos parados bajo ese árbol, en silencio, cubriéndonos de la lluvia con un solo paraguas. Tenerlo así de cerca me traía una cantidad de recuerdos interminables. –Nico… yo te llamé para…

-Lo sé… -me miró con calma y a la vez, noté un cierto grado de tristeza- yo… también quería llamarte…

-¿Y porque no lo hiciste?- Pregunté rápidamente.

- Tenía miedo… pensé que podrías reaccionar mal, o que me tratarías mal… y me duele cuando discutimos así…- En ese momento, sentí que mi corazón se ablandaba cada vez mas.

-Perdóname… - Inevitablemente se me llenaron los ojos de lágrimas- Jamás quise que las cosas pasaran así… nunca te quise hacer sufrir…  no quería que te fueras…

-¿Qué? –Me miró sorprendido- Pero… si me dijiste que me fuera, que no tenía nada que hacer acá, que no me amabas… ¡¿Por qué lo hiciste Emilia?!

-Era lo mejor para ti… pudiste estudiar todo lo que querías, y ahora tienes una vida, y un trabajo estables, de una persona normal… yo solo te perjudicaba, pero… no quería que te fueras…

-Sabes que habría abandonado todo si me lo hubieses pedido… ¿Por qué no lo hiciste?

-Habría sido egoísta de mi parte Nicolás, y lo sabes, deja de hacer preguntas innecesarias… las respuestas ya las sabes…- Tratando de que dejara de hablar de ese tema.

-Esta bien… una pregunta mas….

-¿Cuál? – Pregunté con mucha intriga.

- ¿Para que me llamaste hoy? ¿Cuál es el sentido de estar acá?

- No lo se la verdad… yo… solo quería verte…

Nico me miró sorprendido, pasaron unos segundos de silencio hasta que dijo…

-Te extraño… -yo lo miré sorprendida-

-Como? –Haciendo la que no había escuchado

-Que… que te extraño, y mucho…- me miró por unos segundos- ¿sigues enojada?

-No… ya no… creo que por eso te pedí que nos viéramos… no quería que volviéramos a discutir…

Él asintió con la cabeza. Yo ya no sabía que mas decirle, estuve no se cuanto tiempo pensando en lo que le diría cuando llegara este momento, y ahora, no tenía la mas mínima idea de cómo hablarle. Tome aire y…
-Nico… -me callé-

-¿Que pasa?- Habló suavemente, incluso creo que con un toque de ternura que me estremeció el cuerpo.

-¿Me perdonas? Yo no quería que te fueras… quería que te quedaras… quería que estuviéramos juntos…-mis ojos se humedecieron- quería que fuéramos felices… pero no podía impedirte cumplir tu sueño de estudiar lo que querías y ser un profesional… y poder tener una vida digna… si te quedabas no ibas a poder…  te extraño mucho!

Nicolás me miró impactado por unos segundos, y luego, soltó el paraguas y me abrazó con fuerza. Yo no sabía que hacer. Me sentía atrapada contra su cuerpo, pero a la vez tenía una sensación de libertad que hace muchísimo no sentía. Lo que menos quería era separarme de él… terminar ese abrazo era lo último que quería en ese momento, pero como lo bueno dura poco dicen por ahí… nos separamos y nos miramos, yo ya me había largado a llorar… esas lágrimas que había estado conteniendo por tanto tiempo. La lluvia nos estaba empapando, pero nada mas importaba que nosotros dos, bajo la lluvia.

-Gracias Emi…gracias… -me acariciaba dulcemente la cara mientras me secaba las lágrimas- gracias, gracias, te debo todo lo que soy ahora… te sacrificaste tanto por mi… y yo todo este tiempo pensando que lo habías hecho solo porque si… yo… yo tampoco quería irme, me quería quedar acá con tigo… también quería que estuviéramos juntos y que fuéramos felices… me fui pensando: ¿Qué fue lo que hice mal? ¿Por qué esta enojada? ¿Por qué me odia? Jamás se me paso por la mente que tu habías hecho esto por mi…

-Perdóname… -fue lo único que pude decir-

-Pensé muchas veces en llamarte… y preguntarte… pero nunca me animé… perdóname tu a mi… yo no te tengo anda que perdonar… debería haberme quedado y… tal vez así… -suspiró mirando hacia abajo-

Lo miré y le levanté la cabeza, me encontré con su mirada de repente, con esos ojos azules que me hacían volar, esos ojos que cada vez que los miraba me perdía en ellos. Lentamente me armé de valor para ir teniendo una actitud mas cariñosa con él… estaba sumamente inexpresiva, casi todo se lo había dicho con el mismo tono de voz, con la misma expresión… no se que me pasaba…  le acaricié la cara, tratando de que de alguna manera recibiera señales del amor que sentía por él, de ese amor escondido y que jamás se había ido.

-No importa Nico… -dije con un hilito de voz- lo hecho, hecho está… no podemos volver atrás, y además… fue lo correcto… solo tenía que pasar así… ya no podemos cambiar el pasado… y esta bien…

Nico me agarró de la cintura y me apegó a él, nuestros rostros quedaron a pocos centímetros de distancia. Yo lo miré sin saber como reaccionar.

-¿Todavía sientes algo por mí?- me preguntó mirándome a los ojos intensamente –Dime la verdad Emi… por favor…

Yo aún no salía de mi asombro por la pregunta. Tomé aire y le respondí tratando de ser lo mas sincera posible, y tratando de decirle todo en pocas palabras…

-Siento muchas cosas por ti Nico… nunca te pude olvidar… todavía te amo…

Nico me acercó aun mas a él, bastaba solo mover un poco la cabeza para que nuestros labios se encontraran después de tanto tiempo. Parecía que todo era un sueño, un hermoso sueño.

-Emi… -dijo sosteniendo mi cara con sus manos- tienes razón… no podemos cambiar el pasado, ni nuestros errores ni repetir las cosas… y esta bien…pero podemos cambiar el futuro… podemos crear una nueva historia a partir de ahora… -yo lo miraba atónita- Por favor mi amor… no me digas no… yo te amo con toda mi alma… dime que si… por favor… -Cuando me dijo eso sentía que me temblaba todo el cuerpo. Me morí de amor ahí mismo. ¿Era posible que todo estuviera resultando a ese punto de perfección? Era el final perfecto… solo faltaba que yo dijera la ultima palabra, que era obvia…

-Si Nico… es lo que mas quiero…

Los dos sonreímos… empezamos a reír… una felicidad se estaba apoderando de nuestros cuerpos empapados y fríos por la lluvia. Luego Nico me volvió a acercar a él igual que antes. Nos miramos con una sonrisa y lentamente nos fuimos acercando hasta que la distancia que nos separaba se hizo nula, y por fin nos unimos en un beso único. Un beso tan anhelado por ambos, que perdimos totalmente la conciencia del tiempo y del espacio.

Después de un rato de estar así, Nico se quitó su chaqueta y me lo puso en los hombros abrazándome de costado. Yo le sonreí y también lo abracé.

-Vamos a casa… no quiero que te resfríes…

Nico era lo más tierno del mundo, preocupándose hasta desde el mas mínimo detalle, esa característica que tenía el fue una de las cosas que me enamoraron de él. Era una persona sumamente entregada en incondicional, y sumamente detallista, desde cosas como recordar el día de un cumpleaños o un aniversario, hasta recordar cuál es mi remera favorita. Caminamos disfrutando de la compañía del otro, disfrutando de la lluvia, de sentir el calor del otro, de los abrazos, los besos, las caricias… era un momento inolvidable y muy hermoso. Llegamos a mi casa que quedaba mas cerca. Lo primero que hice fue buscar algunas toallas y frazadas. Nos acostamos en el sillón cerca de la chimenea y nos dormimos abrazados.

A la mañana siguiente, temía que todo hubiese sido un sueño, y nada más. Abrí los ojos lentamente, y lo vi, abrazado junto a mí. Le acaricié el pelo y acomodándome sobre su pecho, cerré los ojos y decidí seguir durmiendo.

Han pasado años de ese día, y con Nico seguimos viviendo en nuestro cuento e hadas… donde los finales felices existen, donde el amor es más fuerte que cualquier otra cosa… donde todo sale prefecto y donde las películas de enamorados terminan con la pareja en un auto, observando una puesta de sol imponente y besándose con mucha ternura. Nosotros hicimos algo parecido… pero esperamos a que estuviera lloviendo torrencialmente para ir.

 

FIN

 

Escribir comentario

Comentarios: 3
  • #1

    agus nicoladioosa (domingo, 21 agosto 2011 22:51)

    Increible!! amo como escribis, mucho talento tenes, te felicito y gracias por compartirlo con nosotras! :) Hermosa historia♥

  • #2

    Flor (miércoles, 24 agosto 2011 20:50)

    nonono lo ame, me encanto rotulienta ♥ escribis estupendo

  • #3

    luliii :) (domingo, 28 agosto 2011 16:24)

    me encanto el corto , escribis hermoso ♥