Que me puedas escuchar

AVISO: Esta nove va a ser un poco distinta a las demás, tal vez no les sea tan divertida de leer, pero me estoy exforzando mucho en escribirla, no es fácil escribir sobre estos temas. Les voy a dejar este pedacito. Si les gusta la sigo, si no, la saco, así de simple.
Si les gusta y la quieren seguir leyendo, en unos días les estaré subiendo un vídeo como introducción a la novela para que se hagan una idea general, aunque con lo que les puse ya tienen bastante información. 

En un comienzo iba a hacer un vídeo para esta novela, pero como no me dieron ganas, les dejo la canción que me inspiró a escribir la historia :B

Cap 1

 

Todo estaba listo para que terminara desde un principio. Tuve un problema bastante importante que no me dejo terminar con lo que había comenzado. Ahora no se si lo llamaría un problema. No les quiero adelantar nada. Esta historia me cuesta escribirla, en especial porque habla sobre mí, y aunque suene raro, llegue a odiarme tanto que a veces, aún puedo sentir rabia conmigo mismo, y por lo mismo me cuesta contar esta historia.


Nací siendo una persona especial, distinta al resto, digamos que desde chico tuve problemas. Digamos también que soy un poco extraño, e incluso que estoy un poco loco. Actualmente tengo 20, pero todo comenzó cuando tenía 10. Soy el típico chico freak que se sienta al fondo del salón de clases y que lee comics. Que pasa estudiando todo el día, que nunca sale… y bueno… ya van entendiendo. Eso era el colegio. Cuando llegaba a mi casa, todo era distinto. Tenía que enfrentar el tener una hermana mayor perfecta, que había terminado el colegio con notas perfectas, que había ganado muchos premios en matemáticas, inglés, gimnasia y demás. Luego en la Universidad… mejor ni hablemos. Como ya dije, ella era la hermana perfecta. Muy distante de mi siempre, me decía: “Hola pendejo, ya estudiaste?” Cada vez que llegaba a casa. Odiaba sus saludos. Me refregaba en la cara constantemente que era mejor que yo. Eso me dolía… no porque ella lo hiciera, si no porque mis padres se lo reforzaban.

 

Seamos honestos, jamás fui un alumno demasiado brillante. Pero no era necesario que mis padres constantemente me sacaran en cara las buenas notas de mi hermana. Mi padre con sus típicos: “no sirves para nada” “Nunca haces nada” “Nunca vas a crecer” Y mi madre por otro lado… que entraba a mi habitación al parecer solo a gritarme, a decirme que ordenara. Nunca un “Te amo hijo”. Nunca se preocuparon por conocerme, ni tampoco se preocuparon como me sentía. Yo mismo me di cuenta que me empecé a deprimir. Cada vez me sentía peor. En mi cabeza no dejaban de llegar mensajes de odio cada vez que alguien me decía algo. Para mí todo era negro, quería dejar de existir.

Cuando tenía 10 años, mis compañeros comenzaron a molestarme. Todo empezó porque me tocó hacer un discurso para un acto del colegio y pronuncié mal una palabra. Desde entonces que me molestan.

Un día, cuando tenía 16… fue el colmo. Habíamos acordado que el día domingo, iríamos todos juntos al cine, o a comer, o algo así… para celebrar alguna nueva maravilla de mi hermana. Llegó el domingo, yo me vestí con ropa cómoda, unos jeans, una remera negra y encima una camisa a cuadros, zapatillas, y mi mochila con mi cámara, agua, mis cigarros, y bueno, mis cosas. Salí de mi habitación, y fui a la cocina. Saqué una coca-cola del refrigerador y la metí en mi mochila. En eso entraron mis padres muy molestos. Recuerdo todo con detalle…

Papá: -Con un papel en la mano- NICOLÁS!! ¿ME PUEDES EXPLICAR QUE SIGNICA ESTO? –Poniendo la hoja sobre el mesón de la cocina-

Eran mis notas… no entiendo porque las tenía en sus manos y las entregaban a finales del mes…

Mamá: Estuvimos hablando con tu padre sobre esto… y no te mereces salir hoy.

Nico: Que?? Pero… ¿De dónde sacaste eso?

En ese momento, apareció mi hermana… ahí comprendí todo…

Euge: Yo las fui a pedir… pasa que en la Universidad nos pidieron un trabajo y necesitaba esos papeles… mamá los vio por accidente…

Nico: -Furioso- ERES UNA MENTIROSA EUGENIA!!!

Papá: NO LE GRITES ASÍ A TU HERMANA NICOLÁS!! TE VAS A QUEDAR ACÁ CASTIGADO, TUS NOTAS SON TERRIBLES, ESPERABA MUCHO MAS DE TI!! ¿POR QUÉ NO PUEDES SER COMO TU HERMANA? ELLA SI QUE SE ESFUERZA POR ESTUDIAR Y HACER LAS COSAS BIEN, EN CAMBIO TU… NUNCA HACES NADA… ERES UNA VERGÜENZA…

 

Bajé la cabeza, agarré mi mochila, y salí de allí lo más rápido que pude. Corrí hasta mi habitación. Cerré con llave. Tiré mi mochila por ahí y me dejé caer en mi cama. Empecé a llorar. Me sentía una mierda. Nunca me habían hecho sentir tan mal. Nunca. Creo que en ese momento comencé a odiar a mi hermana y a mis padres. Los odiaba. Los quería lejos de mí. Pasó un rato, miré por la ventana como se iban los 3, felices… como una familia. Yo jamás me había sentido parte de eso. ¿Qué habría pasado si yo no hubiese nacido? Tal vez ellos serían más felices, no tendrían que soportarme, aguantar mis fracasos, mis errores… tal vez… si yo no existiera… todo sería mejor.

Comencé a golpear mi almohada con fuerza.

Nico: -Golpeando con fuerza todo- LOS ODIO!! LOS ODIO!!

La rabia se había apoderado de mí. Empecé sin darme cuenta a dar patadas. Me golpeaba las piernas con mis puños. Luego me golpeaba el estómago. Luego era la cabeza. Luego no recuerdo que hice. Creo que me desmayé. Desperté en mi cama. Me senté lentamente y miré a mi alrededor. Estaba todo desordenado, algunas cosas rotas. Sentí miedo de que me gritaran otra vez. Traté de ordenar. Luego fui a la cocina. Estaba solo aún. La soledad a veces podía sacar lo peor de mi imaginación, en especial cuando estaba enojado y deprimido. Sobre el mesón encontré un cuchillo. Lo tomé y lo observé por mucho rato, estudiándolo con mucho cuidado.

 

Cap 2

 Pasé varias veces la yema de mis dedos por el filo para sentir que tan afilado estaba. Mi imaginación seguía jugando conmigo. Tenía el filo perfecto. ¿Qué estaba haciendo? ¿Era normal esto? ¿Porque algo dentro de mí me decía que no lo soltara?. Casi por impulso me quité la camisa, dejando mis brazos al descubierto. Miraba el lado interior de mis brazos… mis venas se notaban con toda claridad. Tantas cosas pasaban por mi mente. Acerqué el filo a mis muñecas. Cerré los ojos, hice un poco de presión, e hice que el cuchillo se deslizara sobre mi piel. No sentía dolor. ¿Debería sentirlo? Tal vez el dolor que tenía en mi alma era tan grande que me hacía inmune al dolor exterior… me hacía inmune a lo físico. Abrí  los ojos… observé el resultado de mi locura. Una línea roja ocupaba el espacio donde antes solo estaba mi piel. Pequeñas gotitas de sangre comenzaban a emerger. Era igual que el rocío de la mañana sobre una tela de araña. Muchas gotitas que iban creciendo… Sentí que estaba haciendo lo correcto. Solo hacía falta que fuera más profundo y sería suficiente. Volví a acercar el filo a mi brazo… cuando escuché el auto estacionarse afuera. Me asuste. Limpié rápidamente el cuchillo. Agarré papel de cocina y corrí hasta mi habitación. Allí me encerré mientras limpiaba mi brazo. Escuché como entraban a la casa. Reían. Me hacían sentir peor. La próxima vez que tuviera la oportunidad… no lo dudaría y acabaría con todo de una vez por todas.

 
En la escuela las cosas no eran muy diferentes. No tenía ningún amigo, y los que se acercaban a mí, solo era para aprovecharse, para pedirme ayuda en algo, para su propio beneficio. Yo siempre fui débil, y siempre terminé ayudando a aquellos que antes me habían insultado tanto. Al menos no estaba solo, al menos podía sentirme parte de algo por un rato. Era un triste engaño. Es como cuando te drogas o cuando bebes mucho alcohol para poder borrar los problemas. Se van solo por un rato. Después siempre regresan, y pareciera que cada vez con mas fuerza. El rechazo de mis compañeros me dolía de una manera que jamás les expresé, hasta que un día me metí en problemas. Bueno, siempre me metía en problemas… pero esta vez… fue la gota que rebalsó el vaso.

Recuerdo que ese día teníamos un examen de química. Era muy sencillo, o al menos lo era para mí. Y bueno, pasó lo mismo de siempre…

Nico: -Entrando al salón cabizbajo-

Marcos: -Se acerca a mi agarrándome de la camisa y me empuja contra una mesa-

Nico: Ey, ten cuidado… -Adolorido y asustado- ¿Qué quieres?

Marcos: Mira idiota… ya nos cansamos de ser buenos contigo… cuando el viejo de química te pase la hoja del examen, vas a hacerlo todo, y vas a copiar los resultados en una hoja y me la vas a pasar ¿Entendiste? –Asentí con tristeza- Bien… y mas te vale que no te vean porque te bajo todos los dientes…  -Ve que viene el profesor y me suelta bruscamente- … y apúrate… -Se va a sentar-

Unos cuantos minutos después, todos se encontraban en silencio concentrados en sus exámenes, menos Marcos y yo. Marcos porque me hinchaba a con que me apurara y me susurraba tonterías, y yo porque estaba muy nervioso y distraído con la presión de Marcos. En un momento de rabia, agarré una hoja, y escribí todos los resultados con errores. Me fijé que no estuviera el profesor mirando y le pasé la hoja rápidamente a Marcos, quien la agarró y se puso a copiar rápidamente. Una vez que terminó de copiar…

Marcos: -Me mira- Ey, pss!! –Susurrando-

Nico: -Lo miré de reojo- Que quieres?

Marcos: Acércate… no entiendo que dice acá… -Levantando un poco el papel-

Nico: -Me aseguré de que el profesor no me mirara, y me incliné un poco para alcanzar a ver lo que decía- Dice…

Marcos: -Se levanta y dice en voz alta- Profe! Nicolás me está copiando! –Todos se voltean a mirar-

Profe: -Lo mira mal y se acerca a ellos-

Nico: -Miré al profesor y luego a Marcos- Que??? –Me senté bien- No es cierto!!!! –Desesperado-

Profe: -Suspira- Entrégame tu examen Nico…

Nico: Pero profesor, no le estaba copiando!

Profe: Lo siento, son las reglas…

Nico: -Le entregué la hoja muy enojado-

Profe: -Me pone un 0 gigante sobre el papel y luego me lo devuelve- Anda a afuera y espera que empiece la siguiente clase…

Nico: No, pero…

Profe: Ahora Nicolás…

Nico: -Miré mal a Marcos mientras tomaba mis cosas-

Marcos: -Sonríe maliciosamente-

Nico: -Bufé y salí del salón, me senté en un banquito y me tapé la cara con las manos- Me van a matar…  -Me levanté y empecé a caminar hacia el baño, como iba caminando distraído me choqué con alguien- Uh, perdón… no te vi…

Xx: No, todo bien… disculpa, soy nueva acá… ¿Dónde están los baños de mujeres?

Nico: -La miraba embobado- Eh… casi al lado de los de hombres… voy para allá ahora…

Xx: ¿Te molesta si te acompaño?

Nico: No, no… -Empecé a caminar en silencio-

Xx: Me llamo Emilia, llegué aquí hace dos días… ¿Cómo te llamas?

Nico: -La miro nervioso- Nicolás…

Emi: Tienes cara de no hablar mucho parece…

Nico: -Me sonrojé un poco bajando la cabeza-
Emi: Esta todo bien eh… -Sonríe y ve que estaban cerca de los baños- Muchas gracias, sin tu ayuda me perdía…

Nico: De nada…

Emi: Bueno, fue un gusto Nico… Nos vemos luego, chau… -Entra al baño-

Nico: -Suspiré y entré al baño-

 

Minutos después, sonó la campana del recreo. Esperé a que salieran todos del salón y entré para hablar con el profesor.

Nico: Disculpe… ¿Puedo hablar con usted?

Profe: Claro Nicolás… ¿Qué pasa?

Nico: Mire… no tengo pruebas… pero le juro que yo no estaba copiando… fue Marcos… él me estaba hablando y…

Profe: -Me interrumpe- Basta Nico… no hay nada que puedas hacer, las reglas son reglas…

Nico: Está bien… -Suspiré-

Profe: Anda, y no te metas en problemas…

Nico: Si… gracias… -Salí del salón y vi que estaba Marcos con un grupo de chicos- Marcos!

Marcos: -Riendo me mira- Que quieres idiota?

Nico: ¿Por qué hiciste eso? Solo te estaba ayudando…  jugaste sucio, eres una mierda…

Marcos: -Me empuja- A mi no hablas así eh…

Nico: -Le empiezo a pegar con mucha rabia-

Marcos: -Me devolvía todos los golpes, mientras los demás chicos trataban de separarnos-

Nico: -Caí al suelo con mi nariz sangrando, pero traté de levantarme-

Marcos: -Vio que venía la directora y se tiró al suelo haciéndose el asustado- Ayuda!!! Que alguien lo pare!!!

Nico: ¿Qué haces? –Vi a la directora y me quedé helado-

Dire: Vázquez… a mi oficina…

 

Cap 3

Ese día, la directora llamó a mis padres. Les habló de la pelea y del evento que había protagonizado durante el examen. Mi madre miraba a la directora con los ojos llenos de lágrimas, como si le estuviesen diciendo que iba a ir a la cárcel. Mi papá… mi papá me daba mas miedo, estaba de brazos cruzados y cada tanto largaba un suspiro, un suspiro que mas bien sonaba como gruñido. Y yo… yo estaba entre ello dos, con la directora frente a mí hablando de todas las cosas malas que había hecho durante toda mi vida mientras yo tenía la nariz llena de algodón. Después de todas las atrocidades que dijo de mí, casi antes de irnos, puso una mano sobre el hombro de mi padre como para darle el pésame y le dijo: “Su hijo es un buen chico, sólo necesita un poco de disciplina” 

Salimos de allí, el viaje en auto desde el colegio a casa fue en completo silencio. Cuando llegamos a casa, mi hermana tan chusma como siempre comenzó a hacer preguntas. Mi padre le ordenó que fuera a su habitación. Eso indicaba que el castigo sería grande. Las manos me temblaban. Quién sabe que era todo lo que me dirían… todo lo que me gritarían... No quiero contar todas las cosas que mi padre me dijo esa noche, no valdría la pena ocupar espacio y tiempo en repetir insultos. Pero si les contaré lo más doloroso de todo. La cachetada de mi padre. Me golpeó con una fuerza que jamás había sentido, fue con rabia, casi con odio… en ese momento pensaba que era odio. Me hizo retroceder con el rostro mirando para otro lado, su mano quedó marcada en mi cara. Me sacó lágrimas de mis ojos. Lo sentí como en cámara lenta, sentí el peso de su mano sobre mi cara, pude sentir su calor. Su fuerza mezclada con todos los insultos que se le habían quedado en la boca. Ahí fue cuando me puse a llorar, y vino con su célebre frase de: “No seas maricón, los hombres no lloran”. Tuve que aguantarme para no recibir otro golpe. Luego me mandó a mi habitación sin comer nada. Me tiré en mi cama y lloré durante horas. Descansaba a ratos, pero luego volvía a llorar. Era inevitable, por primera vez en mi vida mi padre me había golpeado. Había hecho llorar a mi madre, la había decepcionado. ¿Con qué cara le iba a decir a la mujer que me dio la vida que la amaba? ¿Qué la respetaba? ¿Qué lo que mas quería era que se sintiera orgullosa de su hijo? ¿Cómo le iba a decir a mi papá que lo quería? ¿Qué me perdonara por no ser el hijo que siempre soñó? ¿Qué me perdonara por no ser como Euge? Estaba agotado, triste… era cualquier cosa menos un chico de 16. Estaba destruido. No recuerdo en que momento me quedé dormido, pero desperté  a las 5 de la mañana. Tenía un mal sabor en la boca, me dolía mucho la cabeza y sentía náuseas. Los minutos corrían y yo cada vez me sentía peor. Corrí al baño y vomité. Me lavé los dientes y la cara, me saqué la ropa del colegio y me metí en mi cama para tratar de dormir. Volví a despertar  a las 6. Tenía fiebre y náuseas nuevamente. Llamé a mi mamá débilmente, sentía que no tenía fuerzas para nada, ni siquiera para hablar. La llamé muchas veces, no vino nunca. Me levanté y fui hasta su habitación, me asomé en la puerta y le hablé…

Nico: Ma… -Empecé a ver todo borroso- Mamá…

MdN: -Se despierta y lo mira- ¿Qué haces acá Nicolás?

Nico: -Todo me daba vueltas- Me siento mal… vomité, y las náuseas siguen… creo que tengo fiebre…

MdN: -Suspira y se sienta en la cama- Anda a tu cama, enseguida voy…

Nico: Bueno… -Salí de allí, di unos pasos por el pasillo y luego todo fue oscuro-

 

Cuando desperté estaba en un hospital. Mi madre me contó que había escuchado un golpe muy fuerte y al salir a mirar, me encontró desplomado en el pasillo. Los médicos dijeron que tenía un traumatismo debido a un golpe. Mi padre contó solo la parte de mi pelea en la escuela, por lo que los médicos atribuyeron el TEC a eso, pero lo que él no sabía es que Marcos no me había tocado la cabeza, y que me había empezado a sentir mal después del golpe que él me había dado. Creo que en el fondo él lo sabía, pero se acobardó cuando el doctor le preguntó. Por suerte no fue nada grave, y con descanso y unos cuantos antiinflamatorios pasaría. No pude ir a la escuela por el resto de la semana, vale decir que era miércoles. En fin. Después de ese suceso, todo lo que yo consideraba como “Mi vida” se empezó a venir  a abajo.

 

 

Cap 4

Insultos en la escuela, insultos en mi casa, siempre fue lo mismo, día tras día, semana tras semana. Al año siguiente me era imposible salir de mi habitación sin alguna remera de mangas largas. Tenía que ocultar siempre mis brazos, los cuales estaban lacerados de cicatrices y nuevos cortes.  Ese incidente en la cocina con el cuchillo me había otorgado una vía de escape. Me daba igual el peligro, me daba igual saber que estaba mal, lo único que yo sabía es que al hacerlo me sentía bien, sentía que tenía poder y control sobre algo, al menos sobre mí mismo, me hacía sentir que tenía el poder de controlar si vivir o no. Estaba volviéndome loco, lo sé… pero mi vida nunca fue normal tampoco. De hecho, me atrevería a decir que había mejorado mi técnica, y que incluso, había aprendido a hacerlo cada vez mejor. Ya no usaba el cuchillo, usaba la hoja de un cartonero, o de algún sacapuntas. Yo mismo desarmé alguno alguna vez tratando de ir probando cosas nuevas. Mi piel estaba totalmente deformada… al igual que mi cordura. Estaba enfermo de tristeza, de dolor, de rencor… todos los días pensaba en suicidarme, pero nunca me atrevía. Varias veces escribí cartas de despedida y tonterías como esas, que finalmente acababa por tirarlas a la basura o quemándolas para que mi madre no las encontrara. Hasta que finalmente, un día me decidí.  

Ya tenía 17 años, me faltaban pocos meses para los 18. A estas alturas ya estaba completa y totalmente demente. Ya no tenía límites, esa palabra ya no existía en mi vocabulario. Básicamente era de esas personas que están en lo más hondo de la tristeza, ven todo negro y no ven otra salida que el suicidio. Eran las 6 de la tarde. Terminé todas mis tareas y las dejé ordenadas sobre mi escritorio y una nota que decía: “Por favor entregar mañana a mi profesor”. Ordené mi habitación, hice mi cama, limpié, hice todo lo que mi mamá me había pedido durante años. Dejé sobre mi cama, una cajita donde tenía mis ahorros y un papel que decía: “Euge, no es mucho, pero con esto tal vez estés un poquito mas cerca de comprarte tu auto, te quiero”. Tomé mi mochila, y guardé en ella unas cartas, fotos, y un paquetito que tenía 5 hojas para cartonero nuevas. Apagué mi celular y lo dejé sobre mi escritorio. Me miré al espejo por última vez. Quería recordar como me veía cuando aún estaba con vida. Tenía unas ganas terribles de ir y abrazar a mi madre, decirle “te amo” a mi padre, decirle a mi hermana que no la odiaba y que extrañaba cuando jugábamos juntos cuando éramos chicos. Luego ese monstruo oscuro que me estaba comiendo desde adentro me impidió seguir pensando en ellos de esa manera, volvió a despertar el odio dentro de mí. Me puse la mochila al hombro, tomé mis llaves, y me armé de valor para salir de mi habitación, sabía que jamás volvería a entrar. Observé cada detalle de esa casa en la que había crecido, justo en ese momento resultó no ser tan fea como siempre me había parecido. Cerré mis ojos, no quería llorar. Salí a la calle rápidamente sin hacer ruido, agarré mi bicicleta y montándome en ella, me dirigí hacia un lugar al que siempre me gustó mucho ir desde que era chico. Era un gran parque, aunque parecía más un bosque. Había algunos senderos, un poco de iluminación en algunas zonas, y también algunas bancas. Había una de ellas que quedaba en la cima de una colina, ocultada por algunos árboles. Desde ese lugar, se obtenía una vista bastante linda de la ciudad. Al llegar, dejé mi bicicleta apoyada a la banca y me senté por unos minutos a contemplar todo. Quería grabarme esa imagen en mis pupilas para recordar siempre como había sido mi hogar, por primera vez esa horrible y fría ciudad no me parecía tan horrible ni tan fría. Es muy curioso lo que se piensa antes de quitarse la vida. Literalmente repasas todos los aspectos de tu vida con sumo detalle, pero en ese momento ya estas tan muerto como vivo, ya no te sirve valorar todo lo que siempre tuviste en tus manos, porque ya ni si quiera es tuyo, porque le pertenece a las personas vivas, y tu ya no lo estás, quizás tu cuerpo si, pero cuando decides suicidarte, justo desde el momento en que dices: “Quiero morir” tu alma lentamente comienza a abandonarte, tu espíritu se va, te quedas vacío, entonces es como si miraras todo desde otra perspectiva, como si estuvieras sobrevolando el cielo y pudieras ver todo desde arriba, los demás se ven tan pequeñitos e insignificantes, que no te importa nada. Saqué una fotografía de esa hermosa vista, y dejé mi cámara en la banca, no la iba a necesitar mas, si alguien mas la encontraba, ojala le fuese útil. En ella había muchas fotos mías, y había fotos tomadas de mis últimos momentos de vida… o no vida.

Me levanté con la mochila al hombro, y me oculté entre unos arbustos. Me senté y puse mi espalda contra un árbol. Vacié mi mochila frente a mí. Las cartas cayeron, las fotos cayeron, y cayeron los pequeños y brillantes filos sobre el pasto. Acomodé las cartas junto a mí, bajo una roca para que el viento no se las llevara. Tomé las fotos y las miré detenidamente. Eran fotos de mi familia. De esa familia que odiaba y amaba tanto. Siempre era así, odio, amor, odio, amor… odio. Una lucha constante, donde siempre ganaba el odio. Comencé a llorar. Mi frialdad fue reemplazada por una tristeza que me hacía sentir que no era nada ni nadie, que no pertenecía a ninguna parte y que no había nada a mi alrededor ni dentro de mí. Solo tristeza. Eso era. Nada más.

Me acomodé sobre el árbol, él sería el único testigo de mi muerte. Dejé las fotos a un lado y tomando la primera hoja, comencé a cortarme el brazo. Primero fue mi antebrazo. Luego fueron mis muñecas, al final solo cortaba con los ojos cerrados. Solo quería que todo acabara pronto. Abrí un poco los ojos, y me encontré con mi brazo completamente ensangrentado, y mi remera y pantalón manchados. Necesitaba descansar, comenzaba a sentir frío, estaba sudando, no podía parar de llorar. Mi brazo no dejaba de sangrar, y yo sentía como palpitaba, como si mi corazón estuviese en él. Encontré el punto donde estaban mas expuestas mis venas, y cuando estaba a punto de terminar por completo con migo mismo, escuché una voz. 

 

Cap 5

Sentí terror de ser descubierto, miré a mi costado, y por entre las ramas de los arbustos vi que había alguien en la banca con mi cámara y observando mi bicicleta.

XX: Hay alguien aquí?

 Era una chica. Quería saber quien era, pero no me podía mover, no me di ni cuenta cuando la parte baja de mi cuerpo dejó de responderme. Me quedé viéndola desde donde estaba. Ella se volteó hacia donde yo estaba, pude ver su rostro. Por un momento mi locura me hizo pensar que era un ángel, era la persona más hermosa que jamás había visto. Su rostro lucía preocupado, pero obviamente no era por mí, o al menos eso pensé. Comenzó a acercarse hacia mi escondite y yo entré en pánico, no podía escapar, así que guardé silencio. Pero desde mi garganta el fuego de mi llanto me quemaba, y solo quería gritarle que se alejara y que me dejara continuar con mi muerte.

Xx: Hola? Estas ahí? Puedo escucharte…

Mierda! ¿Puedo escucharte? ¿Qué escuchó? ¿No estaba en silencio? ¿O era lo que yo creía?

XX: Escucho a alguien llorar… ¿estás bien?

¿Fue ironía, cierto? ¿Estás bien? Si eso era una broma, era de mal gusto.

Xx: -Vi con horror como comenzaba a introducirse entre los arbustos, cada vez mas cerca de mi. Mi corazón se aceleró. Que sorpresa, mi corazón aún late. La verdad esperaba que al verme saliera corriendo, pero cuando la tuve frente a mi, me miró fijamente con seriedad- Lo lamento… quizás… no debería haberme metido… siempre me han dicho que soy entrometida… Pero, ya que estoy aquí… -Se agachó frente a mí y sacó de su bolso un pañuelo de género, lo ató con fuerza a mi antebrazo, yo lo traté de impedir pero estaba demasiado débil como para luchar contra una persona mucho mas lúcida que yo- Tranquilo… no te voy a hacer nada malo… solo intento ayudarte…

Nico: -Moví un poco mi cabeza y miré su rostro. Era perfecta- No… no quiero que me ayudes…

Xx: -Suspiró y me miró con una pequeña sonrisa- ¿Cómo te llamas?

Nico: -Tomé aire y le dije casi en un suspiro- Nico…

Xx: -Buscó algo en su bolso y luego lo puso sobre mi brazo. Era papel higiénico, me estaba limpiando un poco- Yo soy Emilia… es un gusto conocerte Nico. –Se sentó al lado mío y de su bolso sacó una botella de agua- Bebe un poco… -Me ayudó a beber. Cuando sentí el agua en mi garganta recién allí me di cuenta de lo seca que tenía la garganta. Yo seguía llorando, a medida que comenzaba a reaccionar, ella secaba mis lágrimas en silencio. – Si no me equivoco, creo que te he visto… vamos en el mismo colegio no? Estas en un curso mas arriba que el mío…

Nico: Ándate…

Emi: -Niega con la cabeza- No puedo ahora… no sin antes ayudarte…

Nico: No necesito que me ayudes ¿Entiendes? Siempre he sabido cuidarme solo, siempre he estado solo y no necesito a nadie… Aléjate de mí…

Emi: -Se levantó, tomó mis cartas, y los cuchillos y los guardó en mi mochila- Bueno, desde ahora no vas a estar mas solo… te lo prometo… Ahora me acuerdo, me enseñaste como llegar a los baños el primer día que estuve en el colegio… fuiste muy amable…

Nico: -Comencé a llorar otra vez-

Emi: -Suspiró y sostuvo mis manos- Nicolás… necesitas ir a un hospital…

Nico: No… le van a decir a mis papás… no quiero… soy patético… no puedo creer que intente suicidarme y ni si quiera eso me salga bien…

Emi: No, no… te prometo que no le van a decir nada a tus padres… ¿De acuerdo? Te lo juro, no se van a enterar, pero tengo que llevarte para que te curen el brazo o se va a infectar o peor… Ven conmigo, por favor…

Nico: -Suspiré con resignación. ¿Qué otra opción tenía? Ella no me dejaría continuar y quedarme sentado allí con ella no era una opción. Adolorido alcé mis brazos y la miré- Ayúdame, no puedo solo…

Emi: Claro… yo te ayudo, no estas mas solo… -Tomó mis manos y sonrió un poco- ¿Ves? Vamos, dale… -Me ayudó a levantarme. Sentía mis piernas temblar y sentí frío, ella me miró, casi como si adivinara mis pensamientos y se sacó la campera para cubrirme con ella. Salimos de mi pequeño escondite y nos detuvimos en la banca.

Emi: No creo que quieras dejar esto acá… -Dijo mientras guardaba mi cámara en mi mochila que llevaba en su brazo. Luego tomó mi bicicleta- Vamos a dejarla escondida acá, después vendremos por ella, no te preocupes… -Me abrazó de costado cruzando su brazo por debajo de los míos, e hizo que la abrazara a ella poniendo mi brazo izquierdo sobre sus hombros, y así comenzamos a caminar.

Nico: Vamos a tomar un taxi?

Emi: Si… si no quieres que te vean los brazos, tápate con mi chaqueta…

Salimos del parque, ella hizo parar un taxi, nos subimos. Le dijo al chofer que nos llevara al hospital más cercano. Cuando llegamos, pagó el pasaje. Bajamos, y entramos. Me acomodó en unos asientos y fue a pedir primeros auxilios. Era increíble como no había nada que me saliera bien… nada.

Salieron dos enfermeras atrás de Emilia y se acercaron a mí, me tomaron por los hombros y me llevaron a una pequeña salita donde tenían toda clase de cosas de primeros auxilios. Me sentaron en una silla y me pidieron que extendiera el brazo sobre una mesa que tenía frente a mí. Lo hice. Es decir… ¿Tenía otra opción? Comenzaron a limpiar mis heridas, Emilia observaba en silencio sentada en otra silla un poco mas apartada. No sé como explicarles lo que sentí en ese momento. Me sentía feliz y a la vez sentía odio. Me sentía feliz porque al final no había logrado hacer lo que había planeado, y a la vez, sentía odio, odio hacia mi mismo por ser tan inútil. No creo poder explicarles lo avergonzado que me sentía. La enfermera me observaba como queriendo hacer preguntas, luego miraba a Emilia de reojo y seguía curándome. Después me enteré que la enfermera era la hermana mayor de Emilia. Eso explicaba el porque no llamaron a mis padres y porque no me dejaron internado en el psiquiátrico. 

 

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Comentarios: 29
  • #1

    novelasvazattias (domingo, 20 enero 2013 01:58)

    uyyyyy, me encanto esta historia, coninuala porfavorr

  • #2

    tati (domingo, 20 enero 2013 07:30)

    wowww, me encanta esta historia también!! seguila ;))

  • #3

    Hoream. (domingo, 20 enero 2013 08:29)

    Una historia fuerte y bastante común ahora
    Me encanta la manera en que esta contada
    Siguelaa =D

  • #4

    Shofy (domingo, 20 enero 2013 10:31)

    me gusto la historiaa!! seguilaa por fiss!!

  • #5

    Pachu (domingo, 20 enero 2013 11:54)

    Seguila! Es algo nuevo, me encanta

  • #6

    Naai (domingo, 20 enero 2013 14:39)

    Pobrecito :( Me encanta la historia Dani! Ya quiero que aparezca Emilia ♥

  • #7

    ag (domingo, 20 enero 2013 21:42)

    Pobre chico, lo re maltratan! Está buena la historia, es interesante. Quiero seguir leyendo

  • #8

    Hoream. (viernes, 08 febrero 2013 22:48)

    que hdp Marcos u.u
    lo odio lo odio
    no quiero que Nico sufra mas, me hace ponerme mal D:

    Pd: últimamente me tomo muy enserio los personajes :B

  • #9

    Pachu (viernes, 08 febrero 2013 23:04)

    Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, seguila!

  • #10

    agus (viernes, 08 febrero 2013 23:06)

    Na pobre Nico, no le sale una bien

  • #11

    Naai (sábado, 09 febrero 2013 00:15)

    Pobrecito :( ahuisjfa que forros todos con él!

  • #12

    tati (sábado, 09 febrero 2013 08:07)

    noo, pobre nico :(

  • #13

    flooo (sábado, 09 febrero 2013 13:22)

    dfokcmdfsjk ayer no te pude firmar por que me quede sin internet, aksldmaldf me encantooo, quiero mas, pobre nico

  • #14

    Cami (sábado, 09 febrero 2013 22:29)

    todas en contra tiene :s

  • #15

    Pachu (viernes, 15 febrero 2013 17:34)

    ay mi amor, pobrecito :c

  • #16

    Hoream. (viernes, 15 febrero 2013 17:49)

    no me gusta que nico este mal, me derpimo D:.... enserio

  • #17

    tati (sábado, 16 febrero 2013 18:02)

    woooooooow D: pobre nico

  • #18

    novelasvazattias (viernes, 22 febrero 2013 13:44)

    pobre nico, quiero mas de emi con el, asdasdasdasdasdadasdas odio a los que lo joden, y su flia? que onda ? jajjajjj oadadasdasdas quiero mas

  • #19

    Naai (viernes, 22 febrero 2013 21:56)

    Mi vida :( que malos que son con él -.-

  • #20

    ag (miércoles, 27 febrero 2013 22:30)

    Que fuerte! Está muy bueno, me encanta leerlo

  • #21

    Cami (miércoles, 27 febrero 2013 22:37)

    pobre chabon :( seeeeguila quiero leer mas

  • #22

    novelasvazattias (miércoles, 27 febrero 2013 23:27)

    nooooooooooooooooooooooooooooooooo, quien es? emi? ojala que sea emi , plisssssssssss, quiero mas y que quede vivo

  • #23

    Hoream. (jueves, 28 febrero 2013 12:48)

    Ya me deprimí:_
    espero sea Emi la de "la voz"
    Amo la nove
    quiero leer maasss

  • #24

    Pachu (sábado, 02 marzo 2013 11:19)

    dfdsfñkslj que sea emiliaaaaaaaaaaaaaaaaaa

  • #25

    Hoream. (viernes, 19 abril 2013 21:42)

    sdhfjkasdhbfhasd NECESITO leer mas

  • #26

    Pachu (viernes, 19 abril 2013 22:06)

    AAAAAAAAA EMILIA TE AMO♥

  • #27

    tati (sábado, 20 abril 2013 10:31)

    bvxcjhbvjzxvbxchzhbx necesito maaaaaaaaas

  • #28

    floo (sábado, 20 abril 2013 13:10)

    me copa muchismo esta novela, te jiuro que la amo, quiero mas

  • #29

    Naai (miércoles, 08 mayo 2013 12:47)

    ahdsajdfaojaiods me encanta!